La Rosca | Relato Vs Realidad |

El gobernador Rogelio Frigerio insiste en la importancia de la educación como motor de desarrollo. No solo prometió el cumplimiento de 190 días de clases en este 2024, también firmó un acuerdo para sumarse a la Campaña Nacional por la Alfabetización Inicial, y aseguró en su discurso ante la Asamblea Legislativa que la educación es una prioridad para la gestión.

Sin embargo, los dichos colisionan con los hechos. Las escuelas entrerrianas requieren de inversión para recuperar su capacidad estructural y brindar condiciones aceptables para alumnos y docentes. Un ámbito saludable, con servicios esenciales garantizados y espacios de estudio sin frío ni calor, con sanitarios en condiciones de salubridad, con bancos y mesas sin maderas rotas ni caños oxidados, entre tantas falencias; requieren un fuerte aporte económico del Estado, único responsable de brindar educación de calidad a niños y jóvenes de la provincia.

Ante este panorama, que Frigerio conocía de antemano -lo denunció en la campaña electoral-, no hubo ningún aporte del gobierno provincial para reducir los déficits más notorios. Aún contando con el apoyo de la oposición en la sanción definitiva de la ley de Emergencia Educativa que aprobaron a mediados de febrero todos los bloques en la Legislatura y que le otorga a Frigerio el poder de asignar partidas presupuestarias sin trámites burocráticos para reparar las escuelas de la provincia. De hecho, el gobierno se acordó de enviar el proyecto de ley recién a mediados de febrero, a 15 días del inicio de las clases. Lo que pone de manifiesto que no hubo un criterio o planificación contemplando que durante diciembre, enero y febrero deben realizarse los trabajos de reparaciones más importantes ante la ausencia de personal y alumnos.

El gobernador de Juntos apenas se limitó a “pedir ayuda” y convocó a la ciudadanía a sumarse a la estrategia (una cruzada solidaria) que pretende enmascarar el hecho de que desde el 10 de diciembre de 2023, la reparación de escuelas durante el receso de verano fue inexistente.

“La educación es una prioridad para nuestro gobierno. Sin embargo, entendemos las dificultades económicas que enfrentamos actualmente, y es por eso que decidimos tomar acción. Hay muchas tareas que se necesitan previo al inicio de clases, en las que todos podemos dar una mano y ayudar a que cada aula este en la mejor condición posible para recibir a miles de entrerrianos el 26 de febrero”, escribió el gobernador en redes sociales.

Frigerio pidió a la gente que se acerque (los últimos dos fines de semana) a los establecimientos más cercanos a su domicilio para ayudar a limpiar, pintar, desmalezar, y poner en condiciones las escuelas antes del inicio de clases que será en 7 días. Hubo escasa participación. Apenas circularon spots y videos para redes sociales que muestran al propio Frigerio impoluto -y algunos colaboradores- posando para las fotos, simulando trabajar, con lijas sin usar y rodillos sin pintura.

Este fin de semana estuvo en Concordia y junto al intendente Francisco Azcué fueron a una escuela; las imágenes son elocuentes. No hay sudor, no está la suciedad típica que originan las tareas, en definitiva no hay trabajo. Hay marketing de campaña, acting y sin resultados a la vista.

“Junto al intendente de Concordia, Francisco Azcué, y autoridades educativas del departamento, el gobernador Rogelio Frigerio colaboró con la comunidad educativa de la escuela de nivel primario Nº 53 General San Martín en tareas de mantenimiento del edificio ubicado en Avda. San Lorenzo y Concejal Vega de la capital del citrus”, reza la información pública del gobierno provincial.

Una imagen vale más que mil palabras.

Frigerio junto a Azcué con un pequeño trozo de lija, sin polvo en las manos ni sudor en la frente. No hay resultados reales. Solo material audiovisual para las redes.  Foto Gobierno de Entre Ríos

La convocatoria fue mala en Concordia. Solo algunos integrantes de la comunidad educativa –y extras- haciendo limpieza, retocando algún sector de los tantos por reparar, lustrando placas de bronce, cortando el pasto y sacando telas de arañas de los techos. Eso, no mucho más, es lo que muestra un video del gobierno en su página oficial.

Tras el pedido “de ayuda” del gobernador, era esperable un ejército de seguidores copando las escuelas. Y no solo dos fines de semana, sino todos los días hasta el comienzo de clases. No sucedió. Tampoco es real que el deterioro estructural, que solo se resuelve con una fuerte inversión económica, pueda ser resuelto por 4 o 5 personas, bien vestidas, en 10 minutos de cámaras y flashes.

Frigerio intentando abrir la persiana de un aula. Foto Gobierno de Entre Ríos

 

Frigerio abriendo una ventana de un aula. Foto Gobierno de Entre Ríos

 

Frigerio caminando solo por el pasillo de una escuela. Foto Gobierno de Entre Ríos

Mucho acting y nada de inversión revelan falta de planificación. De contradicciones entre el relato y la realidad. Repentizan ante la inminencia del inicio del ciclo lectivo 2024.

En Entre Ríos, las clases comenzarán con las escuelas en el mismo -o peor- estado en el que finalizaron el año pasado. En algunos casos, sin las condiciones mínimas garantizadas. No hubo y no hay inversión prevista, y eso vulnera el relato del gobierno provincial respecto a la “prioridad” que supone representar la educación.

Por ahora, el cambio no aparece y a las palabras -siempre- se las lleva el viento.